martes, agosto 19, 2008

Historia Breve 0006

Ayer mataron de un tiro en la cabeza a un poeta. Estaba sentado a un lado mío mientras tomaba un café y comía un croissant. Dicen que fue un francotirador. Fue una lástima ver los versos y los sonetos escurrirse entre los restos de cerebro y los charquitos de sangre. He de confesar, aunque sin culpa, que noté que una parte de ellos cayó sobre mi alimento y que perversamente apresuré el bocado. Volví a sentir el sabor amargo de los amores inconclusos que atrapan las palabras en los poemas... Fue una lástima, una verdadera lástima... Ahora queda más dolor en el mundo para compartir y pocas plumas para expiarlo.

No hay comentarios.:

---