domingo, octubre 04, 2009

Historia Breve 0080

Se dice que en algunos pasillos del palacio municipal rondan los fantasmas de algunas promesas no cumplidas. A veces se expresan en grafitti.

Historia Breve 0079

A lo que más temía el político del pueblo era a las procesiones fúnebres. Se dice que le adelantaron la suya a su abuelo en plena salud.

Historia Breve 0078

Los sicarios buscaron a la Negra Flor al final de la rambla. Hallaron un hermoso cuerpo sin vida: la tristeza ya se les había adelantado.

Historia Breve 0077

Los ideales del partido se implantan desde edad temprana en el pueblo. Desde los pupitres se puede saber quién va a dirigir y quién a morir.

Historia Breve 0076

Al niño le dijeron que escribiera su deseo en papel y que lo dejara al pie del nicho sagrado. Antes de salir de la iglesia, se desvaneció.

Historia Breve 0075

Hay horas muertas en las que sólo se escucha el murmullo de las culpas que silenciaron la fiesta en los corazones del pueblo.

Historia Breve 0074

La chiquilla enamorada del predicador buscaba un hombre de Dios para hacer familia. Lo que encontró fue un hombre-dios que la consumió en el fuego de su propio pecado.

Historia Breve 0073

"Nadie que diga que ha visto el futuro me parece de fiar." Dijo el viajero."Ya he estado ahí y no se parace en nada a sus mañanas propuestos y esperados". Agregó.

Historias Breves 0072

Aquél redactor de discursos era un novelista frustrado: sólamente en voz de los políticos le daban importancia a sus ficciones.

Historia Breve 0071

No podía encontrar mayor soledad que estando entre las piernas de ese amor alquilado. La intimidad estaba a la mano y la rehusaba.

Historia Breve 0070

La muerte nos sonríe como pago a todo lo que hacemos en la vida antes de toparnos con ella. Para algunos es regocijo, para otros es burla.

Historia Breve 0069

Antes de dormir, mi hijo da vueltas en su cuna, para recuperar los trozos de sueños que dejó escondidos debajo de la almohada.

Historia Breve 0068

En Avalon esperaban a que el Rey despertara de su sueño. Un día despertó y torció su cadera al ritmo de un ukulele.

Historia Breve 0067

Unos tentáculos viscosos salieron de la ventila. Seguramente el monstruo ya los había olfateado. Aquella fue una trampa placentera.

Historia Breve 0066

No era el rigor mortis de los cuerpos lo que le enloquecía tanto como el aroma dulzón de la carne descompuesta y la textura de su piel.

Historia Breve 0065

La mirada de la niña mostraba una extensión de las intenciones maternas. Su esfuerzo de sedición buscaba vengar a quien callaron las balas.

Historia Breve 0064

Su idea de lucha de clases era intercambiar improperios con la señora que atendía el puesto de cosas hechizas en el tianguis.

Historias Breves 0063

Hoy el mundo me parece tan extraño... Oh perdón... mis lentes de contacto estaban un poco sucios.- dijo Dios un día...

Historias Breves 0062

Cuando el hombre bajó del árbol, tomó la rama y mató al mono de al lado. Luego tomó la liana y colgó su cuerpo como ejemplo para los demás.

Historia Breve 0061

La percepción de lo que ocurría en las otras realidades le perturbaba tanto que a menudo se sacudía por los acontecimientos colaterales.

Historia Breve 0060

"Por el momento no se me ocurren muchas cosas, sólo es la necesidad de estar escribiendo algo", dijo el escritor al sicario que le apuntaba a la nuca mientras fumaba un cigarrillo turco.

Historia Breve 0059

El doctor hurgó en las entrañas del monstruo para poder hallar una posible respuesta. Encontró seis y ninguna satisfactoria.

Historia Breve 0058

Sistemáticamente, la gente a su alrededor se fue desapareciendo. ¿Quién le iba a decir que su propia esencia le afectaría ontológicamente?

Historia Breve 0057

Al despertarse,sacudió la cabeza y buscó un cigarrillo en su bolso. Su vida se había convertido en una sórdida película italiana de los 70´s.

Historia Breve 0056

Harto de su situación, Narciso le dijo al psicólogo: "Quisiera tener un gemelo para saber lo que sienten mi esposa y mi hijo al estar conmigo."

Historias Breves 0055

En algunas ocasiones pareciera que estamos solos en un cuarto oscuro. Escribiendo con fuego para un público ciego. O "sordo" de vista.

Historias Breves 0054

Las punzadas en su cabeza provenían del demonio que se había alojado en su cráneo. Por ello sus ideas eran malignas y poco agradables.

Historia Breve 0053

Recuerda qué es lo que has relegado al olvido. Puede que un día decida regresar por tí y te haga arrepentirte por ello.

Historia Breve 0052

Arrastrándose, con los brazos recién arrancados y con el sobre en la boca ,el heraldo llevó a su rey la noticia de la invasión. Aún lo relata.

Historia Breve 0051

Los forasteros llevaban armas sofisticadas para dominar el planeta. Bastó un suspiro para demostrar lo contrario: ganaron los mestizos.

sábado, octubre 03, 2009

Historia Breve 0050

El pirata luchaba por el derecho a andar entre la realeza. Soñaba con estar con la princesa y poder levantarle la falda en un juego de amor.

Historia Breve 0049

La peor parte de ser pirata eran los pairos nocturnos que derivaban en añoranzas de cosas que jamás sucedían. La realeza sólo ve realeza.

Historia Breve 0048

A final de cuentas, la princesa era más hermosa y deseable en la añoranza del pirata. La realidad lo confrontó con su vocación al mar.

Guión de 10/09

ESC. 1 INT. DÍA. CALLE.
¿Cómo encuentra el walkman? // la misma escena podría cerrar
JONÁS VA POR LA CALLE BUSCANDO UNA ESTACIÓN DE RADIO EN SU WALKMAN, DE REPENTE SE ENCUENTRA CON SU AMIGO OSCAR.
//podría ser el primer encuentro con la voz a la cual ignora por el saludo de Oscar

OSCAR.
¡Jonás!
(Con sorpresa)
¡Que onda mi buen!
¿Qué cuentas?

JONÁS.
Cabrón, ¿encontre estos walkman?
(Presumiendo)

OSCAR.
No mames ya nadie los usa, pinche retro jaja,
Por esa madre no te dan ni 50 varos
y que ¿a donde vas?
(Burlandose)

JONÁS.
Voy a ver a mi piel.
Pero, como que no me dan muchas ganas de llegar...
(Interesado en el walkman)

OSCAR.
¿Y eso?
(Voz en off: no mames si tu vieja esta bien rica)

JONÁS.
Lo que pasa es que ya tiene un rato que...
…que no andamos bien

OSCAR.
Mhh... ¿y por qué no la truenas?
(voz en off: para que yo me la truene)

JONÁS.
La neta la quiero un chingo y espero que algún día cambie...

SILENCIO // Jonas sigue revisando el walkman.

JONÁS.
Bueno, se me hace tarde... y luego se arranca

OSCAR.
No te pierdas... oye
Acuérdate de mis discos…
(Levantando la voz)

JONÁS.
Ok.

OSCAR.
Cabrón
(En voz baja)

JONÁS.
Sale.
(Se aleja prendiendo un cigarro)


Corte a:

ESC. 2 EXT. DÍA CALLE.
JONÁS SIGUE SU CAMINO SUBE AL MICRO Y ESCUCHA LA SOBROSITA
BUSCA EN SU MOCHILA EL WALKMAN; AL MOMENTO DE LLEGAR A CASA DE ERICKA SE DETIENE EN UNA FRECUENCIA.

CAMILA.
(Voz en off.)
¡Buenas tardes ciudad de México!
Este es el soundtrack de tu generación y estamos
transmitiendo desde la diezceronueve de tu cuadrante.
Mi nombre es Camila y les mando muchos besitos...
¡MMMMMMMMUA!!!
Para empezar esta tarde de viernes les tenemos
la siguiente encuesta:
¿realmente vale la pena aguantar a nuestra pareja?
¿nos valora?
Llámame y díme tu experiencia, mientras tanto,
vámonos con esto de los niños malcriados de
Smashing Pumpkins con su “1979” y recuerden que están
en la diezceronueve del cuadrante...

LA CANCIÓN EMPIEZA Y JONÁS SONRÍE, ERICKA ABRE LA PUERTA Y LO SACUDE VIOLENTAMENTE.

ERICKA.
¿Qué te sucede?
¿Cuánto tiempo llevas ahí parado sin tocar?
(Voz en off: Ya no te aguanto)
(Burlandose)

JONÁS.
Escuchaba una rola que hace mucho no ponían
(Pensativo)




ERICKA.
Dame eso...

ERICKA LE ARREBATA EL WALKMAN Y ESCUCHA,
PERO SÓLO HAY ESTÁTICA.
ERICKA.
Cada día estas peor...
(No se que le vi a este pandroso)

JONÁS EXTRAÑADO SIGUE A ERICKA A LA SALA, SE SIENTA
Y ELLA CONTINUA MOVIENDOSE

JONÁS.
¿Adónde quieres ir?
(Suspira)

ERICKA.
¿Por qué no me llevas al cine y luego a cenar?
(Sonrie)

De hecho una amiga tiene una reunión
podemos ir ahí saliendo del cine y...
(Lo mira y se ríe)

¡Ay no! Vienes todo fodongo, así no te puedo llevar, mejor me llevas
y luego pasa por mí cuando te llame
(Voz en off: mínimo que sirva de chofer)

JONÁS.
¿y qué película quieres ver?
(hojea una revista
Suspira ya harto)

ERICKA.
Cualquiera, solo quiero salir de la rutina
(Levantando la voz)

(Voz en off: A ver si ya te vas comprando un cochecito, porque eso
de andar en micro como que me está fastidiando; Andrés siempre me
llevaba y me traía en su nave.)

JONÁS Y ERICKA SALEN DE CUADRO MIENTRAS OCURRE EL DIÁLOGO.

Corte a:

ESC. 3 INT. DÍA. CENTRO COMERCIÁL.
JONÁS SE ABURRE SACA EL WALKMAN MIENTRAS ERICKA MIRA LOS APARADORES Y ENTRA A UNA TIENDA. SALE DEL VESTIDOR Y VUELVE A GUARDAR EL WALMAN.



ERICKA.
Igual y ahorita no puedo comprar nada,
pero la sensación de tener esas telas en contacto con
mi piel es inigualable. Es como el toque de un amante que
genera esa energía que... bueno, tú que sabes

JONÁS SUSPIRA, SACA DE NUEVO EL WALKMAN Y LO ENCIENDE

CAMILA.
(Voz en off.)
Quizá sea el momento adecuado para dedicarle una canción
a aquella persona que nos tiene amarrados,
a esa persona nos ata con la rutina
quizá desearias estar con alguien más en estos momentos
y es por eso que te dedico
esta canción de Carlos Santana: “Black Magic Woman”

JONÁS SE DISTRAE ESCUCHANDO Y NO NOTA QUE OSCAR SE ACERCA; Y LO SORPRENDE CON UN SAPE

OSCAR.
¿Qué pedo?

JONÁS.
Wey no mames
(enojado)

OSCAR.
¿Qué andas haciendo por acá?
¿Qué pedo, ya te tengo comprador para tu antigüedad?


JONÁS.
No mames…
(Sonrie)

OSCAR.
¿Qué…?
(Voz en off: Que… buena esta tu vieja)

JONÁS.
¿Qué andas haciendo por aquí?

OSCAR.
Vine a buscar unos cds, como no me los vas a regresar…

SALE ERICKA MIRA A OSCAR Y LE SONRIE
(Voz en off: y este quien es? Esta buenísimo.)


ERICKA.
A ver si ya cambias de trabajo y ganas más
para que me compres unos ¿vestiditos, no?...

OSCAR.
Hola
(Voz en off: con esas tortas y un licuado…)

ERICKA.
Vamos tomarnos un café
estoy muy cansada; todo el día me
has traído caminando.

OSCAR.
Va
(Interrumpe)

JONAS SE ACOMODA EL AUDIFONO Y CAMINA

CAMILA.
(Voz en off.)
Muy bien radioescuchas, dado que estamos disfrutando de esta
tarde compañía de tus nuestros cuates o de tu novia o novio,
en lo que se deciden a ver a dónde se mueven, les vamos a poner
toda la energía del grupo irlandés U2 con esta rola llamada
“Where the streets have no name”. Yo soy Camila y recuerden que la mejor
frecuencia del cuadrante radiofónico es diezceronueve...

JONÁS IMAGINA A CAMILA; VEMOS EL CABELLO, LAS MANOS Y OTROS DETALLES DEL UNA MUJER EN UNA CABINA DE RADIO. DE PRONTO ES INTERRUMPIDO. DETALLES AUN MUY PRIMITIVOS QUE VA ARMANDO MIENTRAS OBSERVA MANIQUIES.

CONTINUA LA ROLA Y LA OBSERVA EN EL REFLEJO DEL APARADOR DANDOSE CUENTA QUE SOLO SON UN GRUPO DE NIÑAS QUE SE BURLAN DE SUS WALKMAN

CONTINUA CAMINANDO, COMIEZA A ARMAR A CAMILA CON SONRISAS, MIRADAS Y SILUETAS DE LAS PERSONAS DE LA PLAZA.

ES COMO UN VIAJE ACELERADO Y CONFUSO, IMÁGENES Y SONIDOS QUE TERMINAN ARMANDO UN ROSTRO


JONÁS.
Un expresso cortado... y por favor sigan su charla, por mí no se detengan...





CAMILA.
(Voz en off.)
Viviendo y existiendo en medio de una ciudad que
a nadie parece importarle, en este monstruo de concreto
que eleva las ansias de volar y subir allá, mucho más allá
de lo que el cielo pueda delimitar, mirar hacia abajo
y sentirse muy por encima de las pequeñas vidas vacías
que deambulan por las calles, saberse apartado de ese tránsito
de muertos en vida que sólo les hace falta pudrirse, es en
este momento en que reflexionamos y hacemos un examen
de conciencia para saber si realmente estamos en donde quisiéramos
estar o quizá nos hace falta buscar un poco más en la inmensidad
de esta gran aventura que es la vida... o es quizá que la solución está
en un arranque de ira rebotado del mundo hacia nuestra propia integridad
pidiéndolo a gritos a la persona más cercana que tenemos, así como
Kurt Cobain lo solicitara claramente: “Viólame mi amigo, viólame otra vez,
no soy el único, ódiame y hazlo de nuevo....” Extraído de las entrañas del plástico
In Utero, tenemos a Nirvana con esto llamado “Rape Me”....
Recuerda que estás en el diezceronueve de tu cuadrante.

EL PROCESO SE HACE MAS INTENSO, AL RITMO DE LA MÚSICA, MAS RAPIDO, MAS AGRESIVO, JONAS EMPIEZA A SUDAR

Corte a:

ESC. 4 INT. DÍA. CENTRO COMERCIAL.
(SECUENCIA SERIADA) VEMOS A OSCAR Y ERICKA CONVIVIR LIBREMENTE, JONÁS CONCENTRADO EN SU WALKMAN.

JONÁS.
Tengo que irme
(Sale corriendo)

ERICKA Y OSCAR NO LE IMPIDEN SU SALIDA, DE HECHO SE SORPRENDEN
Y SE SONRIEN. JONAS SUBE AL METRO Y CONTINUA SU DELIRIO TERMINANDO EN SU CAMA VENCIDO POR EL SUEÑO
(SE ESCUCHA EN UN VOLUMEN MUY BAJO LA VOZ DE CAMILA)


Corte a:

ESC. 5 EXT. NOCHE. CALLE.
JONÁS SE ENCUENTRA CON OSCAR EN LA CALLE, ESTE ESTÁ NERVIOSO PERO JONÁS INSISTE EN HABLAR CON ÉL.

JONÁS.
wey

OSCAR.
¿Qué pedo cabron?
¿Estas bien?

JONÁS.
¿Traes tabacos?

OSCAR.
Simón.

OSCAR.
Wey. ¿qué te pasa?

JONÁS.
La neta…

OSCAR.
Volviste a la mota... a huevo…

JONÁS.
Wey

OSCAR.
No mames....
Te pones bien pinche loco.


JONÁS.
Es la voz… la voz del Walkman, de mi programa de radio

OSCAR.
No mames, volviste a la mota… a huevo…
Pinche Jonás a ver saca…

JONÁS.
Lo peor de todo es que me ha pedido que la acompañe...

OSCAR.
No mames cabron, si no quieres sacar dime y no
me salgas con tus chingaderas.

JONÁS.
Es en serio cabron…

OSCAR.
Sabes que… a la verga.
Pinche loco… quédate con mis discos

Corte a:





ESC. 6 INT. NOCHE. RECÁMARA DE JONÁS.
JONÁS ESCUCHA LOS WALKMAN RECOSTADO EN SU CAMA. EMPIEZA A DORMITAR HASTA QUE EL SUEÑO LO VENCE

CAMILA.
(Voz en off.)
“No te alejes. No te resistas, bien sabes que somos
el uno para el otro. No temas, poco a poco nos conoceremos,
siempre estaré contigo, pensando en tí... extrañándote,
anhelando el momento tan deseado en el cual decidas
permanecer conmigo... Deja todo y sígueme, acompáñame
y seamos eternos en nuestro amor... nos necesitamos y tu vida,
tu vida... se interpone... ¡Te amo!, me quiero fusionar contigo
en un abrazo que ni los eones puedan romper; comprende que
mi encierro es tu libertad, ¿qué no entiendes que no puedo ir a tu lado?
Quisiera compartir tu vida... ¿Por qué no haces lo mismo con mi suerte?
Mi amor, te he esperado desde siempre...yo soy Camila y no desearía
otra cosa más que realmente estuvieras conmigo... Jonás...
recuerda que te espero aquí en la diezceronueve...

“WISH YOU WERE HERE” DE PINK FLOYD HACE BRINCAR A JONÁS DE SU CAMA.
CAMILA.
(Voz en off.)
...desde siempre.

JONÁS ABRE LA VENTANA BUSCANDO AIRE. SE BUSCA UNA CAJETILLA CASI VACÍA Y ENCIENDE UN CIGARRO. MIRA HACIA EL CIELO PENSATIVO.

MUCHACHA.
(Fuera de cuadro.)
¿Oye, vas a estar ahí un buen rato?

JONÁS.
¿Qué?
(Indiferente)
JONÁS VOLTEA HACIA ABAJO.

MUCHACHA.
Que si vas a estar ahí un buen rato.
Lo que pasa es que vine a buscar a mi tía y no me abre,
Te puedo dejar sus cosas...

LA MUCHACHA SEÑALA UNAS CAJAS.

JONÁS.
¡No mames!
(Cierra la ventana)



MUCHACHA.
Bueno mínimo aviéntame un cigarro

JONÁS.
Va. Y como te llamas?
(Levantando la voz)

MUCHACHA.
Alejandra
(Cacha el cigarro y lo enciende)

JONÁS.
Ahhh sale…
Intenta cerrar nuevamente la ventana

MUCHACHA.
Pero me dicen Camila…

JONÁS.
Abre la ventana…
¿Que?
(Sorprendido y confundido)

JONAS BAJA LAS ESCALERAS CORRIENDO Y AL SALIR YA NO ESTA NADIE, SOLO EL CIGARRO ENCENDIDO AUN, REGRESA A SU HABITACION FUMANDO EL CIGARRO, PENSATIVO… SE PONE LOS WALKMAN

CAMILA.
(Voz en off.)
“Toma mi mano y emprenderemos el viaje, toma mis besos
y confundamos los textos que hablen de nosotros,
¡Anda, pues! ¡Vida mía!, buscame…no esperes la luz de otro día que
nuestro amor nos hará eternos. Por siempre jóvenes, así los dos seremos,
por siempre nosotros mismos, así permaneceremos, ¿acaso no quieres
amar y ser amado por siempre?

AVIENTA EL WALKMAN, Y VA AL BAÑO A LAVARSE LA CARA, LE LLAMA A ERICKA AL CELULAR Y ESTA APAGADO… CONFUNDIDO VUELVE A TOMAR EL WALKMAN

CAMILA.
(Voz en off.)
¿No quieres vivir para siempre?...
Toma tu tristeza y encadénala al olvido, toma mi dicha de tenerte a mi lado
y compártela contigo, que nuestro amor eones verá, más allá
de lo que podríamos imaginar... Por siempre así, tú y yo, los dos...
juntos en una vorágine amorosa, ¿acaso no quieres ser eterno?...
Por siempre dos, así... como lo escuchas, sólo tú y yo en un constante
rotar de amor viviremos, en una eternidad que de los dos mismos emane...”
Te recuerdo que nada de lo que pase aparentemente es tan malo, estamos
transmitiendo en vivo desde la diezceronueve exclusivamente para ti y
por ello te digo que quisiera ser sólo una contigo... Jonás, te dedico
esta canción de U2 en la cual todo lo que quiero eres tú....
Del álbum Rattle and Hum... “All I want is you”….


JONÁS SALE CORRIENDO A LA CALLE BUSCANDO A LA MUCHACHA, DESCOMPUESTO, DEMACRADO, CONFUNDIDO AZOTA LOS WALKMAN Y CONTINUA CORRIENDO. EN UNA BOCINA VIEJA SE CONTINUA LA CANCION, POCO A POCO SUBE EL VOLUMEN Y AUMENTA LA VELOCIDAD DE LA ESCENA

JONÁS.
¡ Camila, Camila, mi amor!

JONÁS SE ACERCA A LA BOCINA Y LLORA.
LA GENTE JUNTO A ELLA SE SORPRENDE


CAMILA. YA SIN WALKMAN
(Voz en off.)
No tienes por qué hacerlo.
Si quieres estar conmigo... ¡Hazlo ahora!

JONÁS.
Mi amor...
Ahora estaremos juntos por siempre...

DESESPERADO, VENCIDO POR EL CANSANCIO SOLO SE LE VEN LOS OJOS Y POCO A POCO SE OBSCURECE

Corte a:


ESC. 9 EXT. DÍA CALLE.
Se escucha la voz de una chava gritando…
Laisha… laisha… ven
La perra olfatea un objeto
Se ve la mano de la chava recogiendo el walkman

JONÁS.
(Voz en off.)
Muy buenas tardes ciudad de México.
Mi nombre es Jonás y estás en el diezceronueve de tu cuadrante....


FIN




10/09

Historia Breve 0047

Siempre llegaba ahí repartiendo serpientes y alacranes con comentarios cáusticos y tremendamente atinados. Eso elevaba su presión arterial. Sin embargo, le alegraba el corazón.

Historia Breve 0046

El eco de sus tacones en los oídos del detective le enchinaba la piel y le relajaban un poco ese dedo inquieto que no quitaba del gatillo.

Historia Breve 0045

Poco a poco las arcas de la confianza hacia su gobierno se fueron vaciando. Esto se notó en los discursos del presidente donde nadie iba.

Historia Breve 0044

A la otrora niña alegre, de los mundos mágicos y canciones de dicha, se le cayeron los pedazos de realidad como si fueran piezas de rompecabezas tumbadas por el viento del sueño.

Historia Breve 0043

Ella arrastra las cadenas de su amor. Lleva a cuestas la esperanza de que el peso se aligere y se convierta en las alas de libertad que soñó.

Historia Breve 0043


Ella arrastra las cadenas de su amor. Lleva a cuestas la esperanza de que el peso se aligere y se convierta en las alas de libertad que soñó.

Historia Breve 0042

Hay fantasmas de carne y hueso que jamás revindican su penar. Hay vivos con almas tan muertas que le rezan a santos que les han quitado.

Historia Breve 0041

Quizo expresar su dolor en una epístola, que al terminársele la tinta, siguió escribiendo con su propia sangre y lágrimas. Al leerla se sufre.

Historia Breve 0040

En la necesidad de sentirse cerca de lo que llaman humanidad, el robot metió las víceras de sus víctimas en sus mecanismos.

Historia Breve 0039

Súbitamente las ideas se salieron de su cabeza por cada una de sus cavidades craneales. Fue un derrame masivo de imágenes, palabras y ego.

Historia Breve 0038

Cuando el niño tomó las armas y se enfiló a la guerra, los soldados se burlaron. "No sé por qué lo hacen, si desde la cuna lo he hecho"- dijo, no sin antes mostrarles la cabeza de su líder.

Historia Breve 0037

Cada vez que llovía, ella salía a disfrutar de la caricia de las gotas de lluvia, que poco a poco la transportaban a otro lugar del mundo.

Historia Breve 0037

Ella está sentada en la cornisa. Mira hacia los tejados del pueblo e imagina que la tormenta que viene la llevará de paseo por el mundo.

Historia Breve 0036

Ella camina hacia el lago, buscando contacto con el agua. Agua que le regala la frescura de una libertad prometida y buscada.

Historia Breve 0035

Ella toca la tierra con sus manos y sus pies. Sonríe mientras siente la humedad del suelo y la frescura del pasto. Olvida la otra vida de sí.

Historia Breve 0034

Ella mira con desgano la sangre que corre por las calles de su pueblo. La sangre ensucia los charcos de lluvia y mancha de malva su ropa.

Historia Breve 0033

En mi casa he visto a un plato de sopa convertirse en casco de batalla.

Historia Breve 0032

Caminando, con los sueños a cuestas y tomado de la mano de su amor, el guerrero se dirige a enfrentar al Dragón de la Realidad.

jueves, octubre 01, 2009

Historia Breve 0031

Estaba tan obsesionado con escribir ficción, que su único libro exitoso fue uno de superación personal, por encargo de su editor.

Historia Breve 0030

Se puso el sweter de su madre, tomó la sombrilla de su padre, y salió a enfrentar la tormenta, como el héroe que imaginaba ser.

Historia Breve 0029

Cuando terminó la cinta de zombies, una señora dijo: "Qué fea película: ¡Todos estaban muertos desde el principio!"

Historia Breve 0028

"Probablemente, me esté convirtiendo en la peor versión de mí mismo. Pero tengo atenuantes de 9mm que me respaldan." Dicho esto, disparó.

martes, septiembre 29, 2009

Historia Breve 0027

A pesar de que su mente le jugó la canallada de hacerlo vivir varias realidades, en ninguna de ellas se atrevió a llevar una doble vida.

Historia Breve 0026

En algunas ocasiones trataba de dejar testimonio de lo que vivía. Pero era tanta la información que no le alcanzaban tantas vidas para ello.

Historia Breve 0025

Cuando erraba las decisiones en algunos de sus mundos, moría. Pero la realidad se conservaba y nada podía destruirla.

Historia Breve 0024

Los minutos se convertían en crisoles de lugares y momentos con decisiones importantes simultáneas.

Historia Breve 0023

Los dolores de cabeza aumentaban conforme las realidades se creaban en su mente y se manifestaban en cada una de sus vibraciones.

Historia Breve 0022

Había una realidad en particular donde vivía toda su melancolía.Llovía todos los días y siempre usaba un abrigo oscuro y fumaba para pensar.

Historia Breve 0021

Había realidades donde cumplió sus deseos: en una había vengado a su pueblo, matando a cierto funcionario gordo, pero no era héroe nacional.

Historia Breve 0020

Las realidades en las que estaba a cargo de una familia eran las más terribles: no podía distinguir a sus hijos y a sus esposas entre sí.

Historia Breve 0019

Vivir tantas vidas simultáneamente le robaba la capacidad de discernir una realidad de otra, eso y las jaquecas incapacitantes continuas.

Historia Breve 0018

Cada pensamiento suyo abría las puertas de un nuevo mundo con tintes mezclados de la realidad que imaginaba con la que tenía.

Historia Breve 0017

Su imaginación era tan fuerte que creó un universo tan sólido y real como él mismo. Por eso jamás descansaba, y sus jaquecas aumentaban.

miércoles, septiembre 23, 2009

Y yo aún no me quiero jubilar...

Es un hecho que cuando no te importa el lugar donde te encuentras, siempre manifestarás tu desinterés por las circunstancias que le ocurran y, peor aún, mucho menos te importará involucrarte en su conservación. Por lo antes descrito, he de confesar que permití la destrucción de este planeta. Y no me arrepiento de ello.

Algunos años atrás llegué a trabajar a la base espacial de Nova Zareyll en el área de TR LMT CNPLNC/030 113 0040, del sector KOWUN 1C4C10N. Dadas mis características fisiológicas, yo estaba más que apto para realizar las tareas de monitoreo y procesacimiento de las redes de seguridad del sector. Mi entrenamiento particular me había preparado para no sólo hacer la parte operativa, sino también la preventiva, restrictiva y la punitiva correspondientes.

Al principio, cuando mi superior me dió a conocer la parte protocolaria de mis actividades y me explicó los peligros y los alcances de mi puesto, tal cosa no me parecía fuera de mis capacidadaes y, mucho menos, tan recelosa de mi intervención presencial. Perfectamente se podía realizar a distancia mediante un eficiente modelo de monitoreo y recognición de perturbaciones potenciales.

Pero no fue así.

Desde un principio me encontré con algunos pormenores, mismos que, al hacer los reportes correspondientes, se registraron por el sistema como errores operativos de mi parte. De alguna manera, al seguir pie juntillas las recomendaciones protocolarias, yo aseguraba un correcto avance de mis actividades. Pero no contaba con el principal factor de riesgo de mi trabajo: el factor humano. Representado en su totalidad por la figura de autoridad inmediata que residía en el sector Kowun 1C4C10N.

Mi jefe inmediato le juraba lealtad a cuanto ministro e inspector de área se parase en nuestro sector. Lo cual derivaba en un cúmulo de instrucciones caprichosas y cruzadas para aumentar la eficacia y eficiencia de nuestros métodos de trabajo. Tales instrucciones funcionaban realmente como un paso llano de contrabando y obedecían a los mezquinos intereses de aquellos a quienes mi superior gustaba de besarles el trasero. No sin una jugosa comisión de por medio.

En uno de los tantos cambios se filtró a la base y, como nos enteramos después, al planeta entero, un poderoso virus que ataca el sistema límbico de las personas y operaba directamente en el cerebro reptil, modificando su ansiedad y sus instintos en una vertiente fascinante de rabia incontenible y hambre desmedida por carne de la misma especie. Es decir, que convertía a las personas en antropófagos despiadados que se tragaban los unos a los otros, otorgándoles tal vigor que sólo el desprendimiento total de músculos y ligamentos del cuerpo impedían que se continuaran con las funciones motoras. Quiero aclarar en este punto que no se trataban de zombies espaciales ni mucho menos, sino de caníbales excitados por un festín de carne, sangre y extrema violencia.

Si hay algo que le agradezco a la procastinación que me proporcionaban mis funciones, tras la intervención en los protocolos de parte de cada una de las autoridades que por aquí pasaban, es que me daba rienda suelta y tiempo suficiente para investigar cosas necrofílicas y tanatológicas, enfermedades raras y sus cracterísticas. No ha de ser secreto para nadie que despreciaba a mis patrones por lo bajo, dado que se sentían superiores genéticamente al resto de los especímenes de la raza humana, al grado de establecer un planeta nación que albergara a su progenie, eugenísticamente seleccionada. Si se tratara de ganado, podría decir que contaba en su población con las más selectas variedades de especímenes en toda la galaxia.

Por eso, cuando detecté que los contenedores del virus venían de origen dañados, me hice de la vista gorda. Tantas deficiencias y filtraciones habían heredado los protocolos de seguridad que, al menos diez de ellas, me servían de perfecta coartada para dejarlos pasar así como así.

Todo comenzó a las pocas HorasTierra que terminé mi turno y me dirigía a mi megaciclo de descanso. Antes de salir, verifiqué la seguridad de las compuertas y, como cada vez que salía a mis megaciclos de descanso, cambié los códigos para evitar que alguien se infiltrara para adentro o para afuera de la estación espacial. Articulé el sistema para actuar de manera autónoma en caso de amenaza, tanto exterior como interior. Pero olvidé confirmar el envío de los códigos de seguridad a mis superiores, debido a una tormenta solar que interrumpió el espectro magnético y de microondas por el que se efectúaban las comunicaciones.

El resto fue historia. La tormenta solar incomunicó al planeta, el cual no pudo avisar de la amenaza, misma que fue detectada muy tarde, debido a que coincidió con los períodos de ayuno tradicionales en las prácticas de meditación y renacimiento espiritual de la población dominante.

Las autoridades galácticas notaron la desgracia cuando un convoy proveniente del planeta llegó vacío y con algunos tripulantes destrozados y aún activos en sus funciones sinápticas. Se dió la alerta de alarma y contención de inmediato y se proclamó la cuarentena.

Fué incómnodo para mí ser sujeto de pruebas y estudios que verificaran que yo y mis familiares y amigos cercanos no tuviéramos ni un atisbo de contagio, ni un sola cadena de DNA alterada a causa del virus. Me guardé mi indignación y cooperé con las autoridades, demostrando que gracias a mi apego al protocolo pude salvar a la Cofradía Espacial de una pandemia galáctica. Pero también serví de chivo expiatorio... ninguna de las autoridades se atrevía a realizar el exterminio masivo de los monstruos que habitaban el planeta, y para recalcar mi participación heroica en los hechos, fue elegido para realizar las acciones protocolarias en un caso como éste.

No me costó mucho trabajo, en realidad, llevarlas a cabo. Sólo recordé las humillaciones y las vejaciones que esta vertiente superior y exquisita de la humanidad cometía en nombre delbien común. Su bien común. Seiscientos sesenta y seis mil trillones de monstruos come carne fueron aniquilados sistemáticamente. Al final se tuvo que enviar unas antiquísimas bomba-taladro que desataran una reacción en cadena en el centro del planeta para activar movilidad en las placas tectónicas del planeta. Fue como redibujar su rostro moviendo continentes, evaporando mares, creando volcanes y llenando toda la superficie de magma y cenizas. Nada orgánico pudo haber sobrevivido a eso. Ni el virus. Mucho menos ellos.

Algunos parientes de los habitantes de Umolindai no se quedaron cruzados de brazos y pidieron que se investigara aún más a fondo el asunto. Gracias a la burocracia, se tardaron muchos metaciclos para reabrir el expediente. Yo tuve siete cuerpos en ese tiempo y tuve más de 737 descendientes. Y jamás descubrieron nada que me inculpara o que siquiera sugiriera la mínima malicia en mi comportamiento.

Pero han vuelto a fundar otro planeta nación. Y nuevamente necesitan a alguien para realizar las tareas de monitoreo y procesacimiento de las redes de seguridad. Y yo aún no me quiero jubilar...


lunes, mayo 04, 2009

El Exilio (Capítulo 002)

Capítulo II

Extraño es el mundo y lo que en él acontece. Pero aún es más extraño todo aquello que no está en nuestro mismo plano existencial, lugares y dimensiones que rompen la barrera de lo inimaginable. Entre esos lugares podemos contar a aquél llamado por los mestizos como “El Refugio”.

Esiwd-Lo apuraba a sus jóvenes amigos en la preparación de pociones y alimentos para recibir a aquellos que habían ido a luchar en contra de DesGardes. Erip Mavyoj (a.k.a. Gary Ryder), su viejo amigo, le enseñaba a un pequeño grupo de chiquillos algunos movimientos básicos en viejas artes de combate. En el rostro de ambos ancianos se adivinaba una sombra de preocupación por aquellos que en ese momento se encontraban en el campo de batalla.

De pronto, sus dudas y sus peores temores fueron disipados, un gran resplandor apareció y de él salieron algunos no-muertos simpatizantes a su causa y mestizos, la mayoría seriamente heridos; Sandra, Celtus y Blake aparecieron al final, ayudando a los más graves.

- ¿Qué ha pasado?- Inquirió Esiwd-Lo, mientras recibía a uno de los heridos y le prodigaba un poco del brebaje que había estado preparando junto a sus ayudantes. Con un ademán le indicó a éstos que se ocuparan de atender al resto.

- Las huestes de DesGardes son muy poderosas, descubrimos que él no es el único no-muerto guerrero, la mayor parte de su guardia personal se conforma de vampiros milenarios y de algunos Warvs provenientes de Dutch Honmain.- Respondió Blake.

- Kurt cayó... Kenny y Pío también al tratar de liberarlo.- dijo Sandra, mientras se retiraba los pedazos de piel y la sangre seca de las uñas.

- Son excelentes combatientes cuerpo a cuerpo y a distancia. Algunos utilizan armas místicas, hieren y rebanan con facilidad a los nuestros. Además, el espacio cerrado parece favorecerlos más que a nosotros.- Comentó Celtus mientras se sacaba un pedazo de hueso que se había incrustado en su hombro. Lo estudió un momento y con un par de golpes en el suelo lo convirtió en un arma punzocortante y peligrosa.

- Sugiero un cambio de estrategia… Quizá debieran conformar grupos pequeños de asalto más especializados. Para equilibrar un poco todos los flancos.- Blake buscaba una mirada de aprobación entre los ancianos.

- Yo apoyo esa sugerencia. – Esiwd-Lo intercambió un gesto de apoyo con el otro mestizo viejo.

- De acuerdo.- Asintió Erip.- yo me encargaré de la distribución de la gente en las unidades necesarias para atacar. También los entrenaremos, esa gente de Dutch Honmain pelea con otras reglas militares y físicas. Esiwd-Lo y sus muchachos se harán cargo de los heridos y nos proporcionarán las armas de apoyo.

- Pues… ¡adelante! ¡Nuestros amigos peligran! – Gritó Punky, que, desde su llegada, había estado absorta admirando la manera en la cual se cerraban sus heridas.

- Calma pequeña… Recuerda que el tiempo en el Refugio no pasa de la misma manera que en el mundo de los hombres. Y podemos manipularlo a nuestra conveniencia.- Le dijo Erip, tratando de calmar a la joven mestiza.- Pero tienes razón, no podemos confiarnos, así que pongámonos a trabajar…

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“He visto al sol recorriendo durante el amanecer los campos sembrados de sangre y huesos, lo he visto abrazar y besar a los guerreros caídos, a las puntas de familia sacrificadas, al ave que jamás volverá a alimentar al alma con su canto y a los corazones destrozados, muertos e inertes.

He visto a la luna recibir el dolor de presenciar la muerte de sus hijos, de mirar la belleza de su holocausto, horrorizándose con los buitres que le regalan sonrisas burlonas y frías; mientras, allá, en lo alto del cielo, por cada alma guerrera brilla una nueva estrella y por cada esperanza perdida, crece un poco más la oscuridad…”

El Exilio (Capítulo 001)

- ¡Hasta la vista Giaccomo!- Karla colgó el auricular. Caminó hacia el vestidor y se enfundó un sensual traje negro de satín, un pedazo de oscuridad ceñido a su cuerpo para acentuar su belleza.

La hermosa no-muerta salió de la habitación, cruzó el pasillo que la conduciría hacia el Patíbulo de los Inocentes, hasta llegar a las escaleras que vertieran su exquisita presencia en el lobby del Gorgona’s Laugh. En el lugar se escuchaba la dulce voz de Alison Shaw entonando “Jewel”.

La mirada esmeralda de Karla recorrió hasta el más recóndito rincón en busca de Agatha o DesGardes, hasta que se topó con la gélida expresión de Kurt. Un viciado ambiente enmarcaba aquél duelo de contemplaciones: las risas demenciales de los parroquianos, el choque de copas, bocas y cuerpos en un contacto continuo y lascivo. Segundos que parecieron una eternidad hasta que Kurt levantó su brazo derecho, sosteniendo en todo lo alto un buen ramillete de columnas vertebrales rematadas en cráneos descarnados. Aquéllos a su alrededor se separaron de su lado como si una fuerza invisible los arrojara hacia los otros, que no comprendían lo que estaba sucediendo. La música se paró de súbito.

El silencio golpeó de manera aplastante al ánimo festivo de aquel bacanal, levantando sobre la tensa situación su transparente manto. Karla jamás perdió la compostura con un ademán le indicó al D.J. que continuara con la música y el ambiente. Las primeras notas de “One Caress” de Depeche Mode invadieron la sala. Bajó las escaleras con una cadencia fría y elegante, lentamente se dirigió hacia Kurt, los parroquianos que estaban a la expectativa le abrían el paso sin poner objeción alguna. Kurt le seguía sosteniendo la mirada y, sin apartar la vista de ella, dejó caer sus trofeos al piso. El sonido de los huesos al chocar contra la superficie fue cacofónico y espeluznante para los presentes. Para cuando el último cráneo dejó de rebotar, los labios de Karla ya reclamaban la boca de Kurt para fundirse en un ósculo sagrado. No importaba el escándalo del acto en sí mismo (dado que Karla era la amiga íntima de quien dirigiera todas las operaciones del Gorgona’s Laugh) , no importaban los testigos, ni el peligro letal que descendía sobre sus hombros. Sin siquiera haberlo notado, Kurt se entregaba de lleno al embrujo seductor que ejercía Karla sobre él. Fue demasiado tarde cuando él se dio cuenta del gran resplandor que parecía tragárselo todo para dar paso a la más absoluta de todas las oscuridades. Kurt cayó inconsciente ante los pies de Karla, indefenso y quebrado como un muñeco triturado.

- ¡Imbécil!- Exclamó DesGardes desde el pasillo de entrada al antro. Con pocas zancadas alcanzó la posición de Karla y el cuerpo de Kurt. Lo tomó por el cabello y lo arrastró hasta la barra del lugar. Ahí lo levantó en vilo y lo mostró ante la sorprendida multitud, tal como momentos antes lo hiciera el chico con los cráneos y huesos que mostrara a manera de trofeos.- ¡Mestizos! ¿Acaso es este su líder?...- La multitud enmudeció. Sin haberlo notado siquiera ellos mismos, había ya dos grupos perfectamente determinados de asistentes. Los mestizos mostraban una impresión nada grata en sus rostros. – Este es su líder… ¡derrotado por sus estúpidos impulsos y por su corazón! – DesGardes miró a Karla, y ésta por un momento temió por su existencia. El grupo de los mestizos se estaba compactando, rodeado por el de los no-muertos y otros seres nocturnos. - ¡Ustedes eligen, huir y ser cazados como las abominaciones que son, o quedarse a su propio exterminio!

Un gran rugido, que por los mortales en la ciudad fue considerado como el trueno más espantoso de toda la historia, fue la respuesta a la amenaza impuesta por DesGardes…

… Y la guerra dio inicio.

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“Aunque la herida la provoque mi espada en el enemigo, será mi sangre la que se vierta, mi corazón se ha perdido en el camino y la esperanza se ha marchado en retirada... no queda más senda qué seguir y las maravillas por las que luchaba, me han dado la espalda en pos de un nuevo pilar forjado en un jardín de piedras preciosas y armas, en insomnios de azar e ínsulas de olvido, en testimonios compartidos y tonadas pueriles... pero la redención es peor que este infierno y aunque vierta mi sangre para regar este campo, seguiré en pie de lucha.”

El exilio (Preludio)

La lluvia azotaba violentamente a la ciudad de los dioses muertos. La madre noche cubría con su gélido manto las viejas y nuevas pirámides de cristal y hormigón de la otrora Tenochtitlán. Pocas criaturas se dejaban seducir por el continuo toque lascivo de las lágrimas de la tormenta, la mayoría de los habitantes se resguardaba en sus inánimes guaridas.

Aún así, las calles no estaban desiertas…

Una figura alta y delgada, ataviada con un largo abrigo gris, caminaba indolente bajo el llanto del cielo. Las calles del Centro Histórico parecían lóbregas y encerraban en sus entrañas grandes secretos y terroríficos misterios a los mortales inocuos que constituían la materia celular de la urbe. Al caminante del abrigo gris parecía no importarle eso. Continuó su paseo por el parque de la Alameda Central desafiando con sus pasos el constante tamborileo de las gotas en el asfalto. Continuó su caminata por toda la longitud de el Paseo de la Reforma, se detuvo un momento ante el edificio de Chemisaad, lugar de reciente mención en las redes sociales de los de su calaña, dados los recientes eventos ocurridos en el país. Se peinó su lacia y mojada melena hacia atrás con la mano derecha y sacudió el agua obtenida hacia la banqueta. Continuó su trayecto, mientras comenzaba a meterse entre las calles, recorriendo una ruta paralela y oscura a la que le ofreciera la arteria principal, hasta llegar a un costado de la sede de las juergas vampíricas en la Ciudad de México, la antesala de un infierno volátil y milenario: The Gorgona’s Laugh. Un par de homosexuales, de los llamados osos, le miraron de reojo y de inmediato fueron sacudidos por un terror intrínseco que los obligó a buscar refugio en el antro de al lado, del cual estaban emergiendo en ese instante. El anuncio de neón del Gorgona’s formaba caprichosos juegos de luz en el líquido celestial que recorría la faz de aquél personaje. El extraño lanzó un largo y profundo suspiro, hurgó entre los bolsillos de su largo sobretodo mientras se resguardaba de la lluvia bajo la protección que le ofrecía la marquesina de donde salieran los dos homosexuales hace un momento. Al fin sacó de sus bolsillos una decrépita pipa y un saquillo de tabaco, tras colocar la mezcla seca en el depósito, tomó una cerilla de seguridad de su otro bolsillo y, tras hacerla arder al rasparla con los dedos, prendió su pipa. Dio una profunda aspiración de aquella materia en combustión y después exhaló una suculenta bocanada de humo, misma que se elevaba desafiando a las nubes sangrantes de la tormenta. El extraño le dedicó una nueva mirada al Gorgona’s y, con una mueca empotrada en su rostro, sonrió satisfecho.

- ¡Ea!... ¡Poeta! – Exclamó una dulce y seductora voz a sus espaldas.

- Luca… - Dijo sin inmutarse el extraño. Dio una inhalación profunda a su pipa y extendió su brazo para proteger con él de la lluvia a la recién llegada. Tras una larga exhalada de humo, le besó la cabeza a la chica. Ella se acurrucó en su pecho y lo miró de frente. Sus grandes ojos, remarcados por el maquillaje oscuro, parecían hechizarlo y engullirlo al mismo tiempo. Tiernamente, le besó en los labios y él se dejó llevar lentamente. El tiempo y el clima parecían respetar ese momento entre ellos. Todo alrededor parecía transcurrir lentamente. Al terminarse el episodio romántico, él dijo: - Es tiempo ya. El momento se acerca, debe… - No terminó la frase dado que ella le silenció poniéndole un par de dedos enguantados en encaje negro frente a la boca.

- Pero aún nos queda un poco de tiempo para malgastarlo como mejor nos plazca.- Luca remató su comentario con un ósculo travieso a media mejilla de él.

- ¿Quieres entrar?- Con un ademán de su cabeza señaló al Gorgona’s.

- No, Eric. Prefiero hacer mi fiesta particular contigo. Además, tengo ganas de caminar bajo la lluvia.

Eric tomó la mano de la chica y ambos se marcharon, caminando tranquilamente, internándose en la oscuridad de las calles y la noche.

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“Por cada infierno que recorro para llegar a tí, tú pones mil más en el camino; por cada beso que busco en tu boca, tu encuentras mil más en dónde posarte; por cada vez que veo la luz en tus ojos, tú escondes mil estrellas para hundirme en la más absoluta oscuridad...”

viernes, abril 17, 2009

Historia Breve 0016

En casa nos habíamos acostumbrado a su grito todas la noches. Por eso nos cayó de sorpresa aquella ocasión en que escuchamos estornudos y ruidos de tos. Mi padre fue a buscar un whiskey al sótano y se lo extendió al banshee. Desde entonces disfrutamos de su consideración en sus recorridos por el pueblo.

jueves, marzo 26, 2009

El color del miedo

El despertador ameniza mi resurrección onírica con esa rola exquisita de sus satánicas majestades y la lástima que sienten por el diablo que se presenta a sí mismo en los recovecos de la letra de su canción, mientras le inyecta energía y vitalidad a mi mañana. A las siete de la mañana el sol de Abril aparece maravilloso iluminando la habitación y llenándola de color. De un brinco despego en una trayectoria parabólica de mi cama para tomar las sandalias y la toalla, un refrescante baño vigorizante hará maravillas con mi ánimo y mejorará mi olor y mi aspecto.


Mientras siento la caricia de las gotas de agua que me impulsa la regadera sigo cantando y bailando al ritmo de ese amor moderno británico, idílico; mismo que sólo se ve en las películas musicales viejonas que tratan de tipos duros que rescatan a princesas rockstars de las manos de los sátrapas imperecederos que, por más estoperoles y pelos parados y mugrosos se pongan, no dejan de ser más que la infame copia del caballero negro o del pistolero desalmado, que invariablemente busca partirle la madre en piezas minúsculas al muchacho chicho de la película gacha con expresión “yongüeinesca”; más aún así me parece una manera excelente de recibir la llegada de un día más.


No existe mayor sensación de poder que el hecho de tomar el jabón Zest y sostenerlo frenéticamente emulando a Freddie Mercuri mientras canta bajo la presión camaleónica de un tipo que tiene los ojos de colores, es increíble la forma de tallarse que desarrolla uno mientras se describe la falta de fe que predomina en las calles de rostros enajenados y oscuros, a la par que se busca salir frenéticamente de uno mismo anunciándose el último baile que nos ofrece la vida, siempre y cuando se encuentre la fe perdida en una mancha de luz.


Es difícil no perder el control de la situación cuando un arpegio siniestro me anuncia la llegada del hombre que intentó vender al mundo, otra vez los matices, nuevamente la personalidad esquizoide escondida tras la magistral interpretación que logro emular mientras le grito al Shampoo Frutis de manera apasionada y totalmente discordante.


Realmente me resulta cautivante el trayecto que hago del baño humeante y lagrimoso hacia mi recámara, mientras la famosa canción de la abejita me endulza los oídos y me refuerzan la idea de que la vida el día de hoy se portará generosa conmigo. Mientras escucho sus alegres acordes de guitarra cruda con su melodía inocentona y plagosa en la combinación de esa vocecita exagerada que insiste en que la tormenta no es más que una fase necesaria en la transición de un día a otro.


Me froto insistentemente el trasero y la espalda baja con la toalla, emulando a algún modelillo pendejo (¿o quizá era un chica?) de algún anuncio televisivo. Y, al momento de terminar la pieza musical en cuestión, recuerdo que el tipejo que canta terminó en una bolsa de plástico porque su vida le resultaba jodidamente insoportable. ¡Vaya!, la primera dosis de realidad asalta la seguridad de este inocuo capullito de fantasía que yo mismo me he creado. Pero aún así, no hay nada que se compare con esta hermosa experiencia de despertar cada mañana.


Me acerco al clóset y busco la combinación perfecta que vaya de acuerdo con la algarabía que experimento en este momento, mientras contoneo mi cintura al compás de las voces de los cuervos cantantes que invocan en su interpretación la presencia de alguien que perfectamente pudo haberse llamado en nuestro ámbito sociocultural Señor Pérez (¿o acaso será López?). He encontrado la combinación perfecta: una deliciosa camisa naranja con un pantalón caqui. Sólo falta completar la indumentaria con los accesorios adecuados.


Doy una oteada rápida al cajón que contiene mis calcetines y el resto de mi ropa interior y logro encontrar unos calcetines de cocoles bastante monones, que combinan a la perfección con la vestimenta que he elegido usar el día de hoy. Los zapatos deben ser más oscuros que el pantalón y combinar con el reloj y el cinturón, es una regla de oro que con la cual me programó mi ex (hasta que por fin logró convertirse en mi ex); es simpático notar cómo es que las personas circulan intermitentemente a lo largo de nuestras vidas, mientras que las acciones se quedan programadas en nuestra conducta. No cabe duda que somos animales costumbristas. Mientras, un tipo de voz rasposa me trata de convencer que el amarillo es el color que mejor le va a la vida; en lo personal me quedo con su historia de aquél escolapio que decidió quitarse la vida enfrente de su clase debido a que su papi no le hacía caso. Así de patéticas y estúpidas son las existencias de muchas personas que conozco, la diferencia es que al menos el chaval de la anécdota decidió ponerle el punto final a la historia y no ventilarla entre paréntesis frente a la mirada curiosa de algún psicoanalista.


Busco entre las cosas del tocador una fragancia que haga juego con mi estado de ánimo, al principio me había decidido por las maderas, pero una base de cítricos creo que me ayudará a pasarla de mejor humor. Un águila calva me rememora las experiencias de la juventud ya escapada con veranos llenos de testosterona y de fluidos corporales presenciales en solitario y en compañía de la chica de los ojos bellos que no volví a ver nunca más después de aquél verano. Miro de reojo el reloj y noto que han pasado cerca de 15 minutos… me queda poco tiempo. Pero aún el suficiente para poder salir a darle de comer al perro y tomar un gran desayuno con hojuelas de maíz edulcoradas y leche deslactosada, que quizá sea más agua tintada que verdadera secreción láctea vacuna. Mientras tanto, una nueva evocación al pasado bucólico donde unos abuelos miran morir su amor en la rutina diaria de una pared de ladrillos amarillos que se cae de vieja entre requintos y tamborazos nostálgicos me hacen recordar lo tarde que comienza a hacerse… así que una rápida oteada al desmadre que tengo en la sala me permite ubicar la hoja del periódico que marqué ayer por la tarde. Vuelvo a releer y verifico los datos. De acuerdo, doy con el perfil profesional y con la experiencia. Calculo el tiempo de traslado por esta caótica ciudad, que cada vez es menos amable y más agreste con sus hijos menos asiduos. De cualquier manera, verifico que los papeles que me avalan estén dentro del portafolios que arreglé desde anoche. Los checo una y otra vez. Dos veces dos… Antes de ponerme mi saco paso al baño para lavarme los dientes. Acabo de notar que necesito una pronta limpieza dental, dado que el cigarro y el café de los domingos por la noche con los amigos comienzan a dejar huellas palpables en mi dentadura. Además esta incipiente gingivitis comienza a inquietarme un poco. Tras darme las acostumbradas cepilladas, procedo a enjuagarme mientras evito mojarme la ropa y mancharme las manos de pasta ensangrentada. Una vieja leyenda me habla de las carencias afectivas y de valores, de futuros inciertos, de promesas rotas y de esperanzas perdidas en una sociedad abrumada por el consumismo carnavalesco del que somos víctimas cada vez que encendemos la televisión. Me doy una última checada en el espejo y verifico que mi peinado esté correctamente estructurado. Corto de los lados y de atrás, un poco abultado en el copete y arriba.


Sin mayor demora, busco mis llaves y el dinero que he dispuesto para marcharme. Muy pronto enfrentaré el tan temido mundo laboral. Y me dirijo a callar a unos viejos dinosaurios que me ordenan en un coro estridente que me quede calladito y quietecito. Termino de checar los apagadores y doy una nueva oteada a mi perro para checar que tenga agua y comida suficientes durante mi ausencia. Es en ese momento cuando veo surcar en el cielo dos trayectorias esponjosas entre las nubes. Dos trayectorias que les arrancan pedazos de ese vapor de agua que las componen y que los arrastran con su vapor de combustible quemado. Había visto esas trayectorias en aviones supersónicos con anterioridad. Pero se trataba de una que otra cada período de tiempo en años. En una ocasión había visto un par que se cruzaban, eso fue en una muestra de las acrobacias que pueden hacer nuestras fuerzas aéreas. Pero nunca había presenciado dos trayectorias tan parejas…


Me dirijo a la puerta y justo al momento de abrirla veo el destello blancuzco frente de mí. Luego siento la ola de calor. Todo va del amarillo al blanco. Brillante. Deslumbrante. Atemorizante. Desconsolador.


Mi periódico cae, pero se carboniza antes de tocar el suelo. Mi piel revela varios colores antes de desaparecer en una masa negruzca y dejar al descubierto músculos y grasa cocinándose. Afortunadamente, después de la gran ola de calor, dejo de sentir y mis sentidos poco a poco se apagan. Lo último que escucho es un aullido ahogado de mi perro. Y todo se vuelve negro…


Absolutamente negro y en silencio…

jueves, marzo 19, 2009

Última voluntad

Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Bien pude reconocer esas cejas perfectamente delineadas. Esas cejas brillosas de pelo grueso, negro azabache... como si fueran espinas perfectamente domadas para enmarcar una de las miradas que más me ha trastornado en mi vida. La mirada de ella. Sí, ella... Pero en esta ocasión no había mirada... sólo unos párpados amoratados que se asomaban majaderamente de la sábana que cubría el resto del cuerpo.

Ahí estaba yo en la morgue para reconocer su cuerpo. Ahí estaba yo, de entre toda la gente que la conoció y que convivió con ella, para hacerme cargo de lo último que quedaba de su envoltura material.

De acuerdo a lo que encontraron en sus pertenencias, había una tarjeta con instrucciones detalladas de lo que debía hacer yo con su cuerpo. Nada del otro mundo: asegurarme de que no le hicieran la autopsia y de que la incineraran para después esparcir en el jardín botánico sus cenizas. Cerca del árbol donde alguna vez a mí se me ocurriera tallarle mi juramento de amor. Un juramento que, a pesar de lo que no pasó entre nosotros, estaba muy segura que yo cumpliría y llevaría a cabo con ésta última voluntad que expresara a través de esa estúpida tarjeta. Un viejo trozo de papel guardado en su cartera por años en espera de ser utilizado. Confiaba demasiado en que mi amor por ella me llevaría a cumplir esa última voluntad. Y sabía perfectamente que ese simple acto me bastaría para adivinar que, al final, se dio cuenta de que también en una parte de su alma había un poco de amor para mí. Jamás entendí esa parte de su orgullo... jamás lo comprendí del todo. Sólo me bastó con aceptarlo.

Hacía más de 15 años que no sabía nada de su vida. Más de 15 años en que tuve que permitirme seguir mi vida sin ella y olvidarla, aparentemente, por completo.

Hace más de 30 que la conocí. Desde un principio me llamó la atención y me inspiró un fuerte impulso por abrazarla. Por protegerla, por cuidarla y evitar a toda costa que padeciera de algún modo. Jamás lo logré. Básicamente porque jamás pude estar a su lado. Jamás pude encontrar un momento... o un tiempo.

Durante casi 10 años convivimos como amigos y en ese tiempo poco pude hacer para hacerle saber de mis sentimientos hacia ella. Sin embargo, me parece que en esos años fue moldeando una imagen idealizada de mí como un sujeto de confianza y de integridad moral. Quizá fue porque jamás me permití, ni se permitió, lastimarla. Siempre traté de ser un apoyo, una ayuda, un puente, un soporte... y tal parece que así trascendí... como todo eso, siendo un apoyo, una ayuda, un puente y un soporte inanimado que sólo se utilizara cuando fuera necesario, pero que de otra manera, ni siquiera se le extrañaría. No la culpo, ni me doy golpes de pecho por ello, durante esos años yo no representaba (ni entonces y creo que nunca) lo que ella buscaba en una pareja. Me quedé en la pasmosa zona del AMIGO.

Pasaron los años y nos perdimos la pista. Sin haber sido nunca algo más que un deseo platónico para mí, se convirtió en un parámetro para mi búsqueda de pareja en los años siguientes. Lo cierto es que jamás la pude encontrar en alguien más. A veces me consolaba con encontrar una parte deella, pero sentía que amaba a alguien incompleto y apócrifo.

Hubo un momento en que bien pudimos haber retomado camino y haber iniciado algo, pero ambos estábamos muy ocupados en nuestras respectivas vidas. Estoy casi seguro que hubo circunstancias en las cuales, mientras yo abandonaba un lugar, ella iba llegando con alguien más. Quizá estaba escrito que nunca estaríamos juntos. O quizá nos saltamos ese párrafo del libro de la vida. A veces prefiero pensar que alguien arrancó esas hojas y las tiró a la basura. De cualquier forma ya es muy tarde para que pueda indignarme por ello.

Más adelante, gracias a las redes sociales, nos volvimos a encontrar. Aún conservaba esa mirada profunda y triste que me atraviesa el alma y que me hacía querer convertirme en la sonrisa en su espejo, en el suspiro dedicado, en la causa de que pateara piedritas en el parque. Perdí 10 años en ese instante. Pero de inmediato los recuperé. Recordé que yo era un hombre casado con una trayectoria hecha y estaba en plena cimentación del porvenir de mi familia.

Nuevamente, no fue nuestro tiempo.

Sin embargo, recuperamos al amigo, al confidente. Hubo un gran intercambio de anécdotas, de confesiones, de pequeños reclamos escondidos en preguntas inocuas y que a la distancia de los años ya no podían hacer ningún daño. La conocí de otra manera, la conocí realmente y comprendí que fue una fortuna que jamás fuera nuestro tiempo y momento. Porque ÉSE era nuestro momento y tiempo precisos. Ser oráculos a la distancia, amigos cuidadosos, confidentes queridos y apreciados por la ausencia física y presentes en la vida virtual. Es curioso leerte en palabras de alguien a quien amaste con todas tus ganas y descubrir que aún te emociona hacerlo al margen de los hechos y de los años.

Así fue como me enteré de muchas cosas que, estando de cuerpo presente, quizá jamás me hubiera enterado. Así fue también como le di a ese amor platónico de años, la proporción correcta. No sólo un rostro amable, sino todo un contexto real, con el cual no estaba de acuerdo del todo. Así fue como me di cuenta que este momento, en el que estoy frente a su cuerpo sin vida, no me sorprende para nada.

Oía sin escuchar al oficial que me describía cómo había sido el accidente en el que ella murió. La parte que ella me permitió conocer, me daba la pauta necesaria para saber que no se trataba de un hecho fortuito, sino provocado por ella misma. Desde siempre le había gustado coquetearle a la muerte, ya fuera con acciones directas o matándose de a poco con todos sus excesos y automedicaciones. De la perorata del tipo aquél de la bata alcancé a entender que su muerte había sido instantánea. "Eres toda una cabrona" pensé para mis adentros "Quizá no viviste, ni alcanzaste lo que querías de este pinche mundo a plenitud... pero te fuiste de él como bien lo habías deseado siempre..." O quizá si lo hizo, sólo que yo no me enteré.

Me alcanzaron una papeles para firmar y aceptar hacerme cargo de las gestiones para no permitir la autopsia, que según sé se hace de oficio en estos casos. En la misma tarjeta estaban especificados los teléfonos de la funeraria y del lugar donde se llevaría a cabo la cremación. Así como los teléfonos de algunos familiares y amigos cercanos a quienes se les debería avisar. Se me hizo raro notar que hubo algunos nombres omitidos en la lista.

Llamé... e hice los trámites pertinentes para que todo saliera a pedir de boca, de acuerdo a sus instrucciones. En el proceso, me enteré que no hubo trabas legales para que me hiciera cargo de todo porque ella ya había previsto que ante la ley yo fuera reconocido para ser su representante legal en estos menesteres. Lo que me llama la atención es que haya considerado que yo fuera a vivir más tiempo que ella. En fin... sobra decir que no fui ni al funeral ni a la cremación. A pesar de todo, nunca me consideré una parte verdadera de su mundo, y lo último que deseaba era ser partícipe del espectáculo incómodo de responder preguntas y tener a la mano respuestas ingeniosas que no ventilaran mi desazón.

Sé que fue un abogado quien recogió sus cenizas de la casa familiar y me las hizo llegar sin mayor trastorno para mi rutina y mi familia. Firmé de recibido y guardé el paquete en un recoveco del armario. Al siguiente domingo, fui con mi esposa y mis nietos a pasear al jardín botánico y busqué el árbol. Cuando lo ubiqué, mi mano derecha sostenía la de mi esposa y mi izquierda sostenía la urna con las cenizas. Le expliqué grosso modo (sin los detalles que pudieran incomodarla) el asunto y le pedí que me acompañara a esparcir las cenizas alrededor del árbol.

Así me despedí de la chica de mis sueños, mientras estaba con la chica de mi realidad, y justo unos metros debajo de una promesa de amor que hiciera muchos años antes, tallé con una navaja una nueva promesa de amor hacia la persona que tenía a mi lado. Miré a mi esposa y no encontré rasgo alguno de aquella otra chica en ella, eso me dio gusto, porque sabía que al final había encontrado lo que había buscado... y que cualquier otro evento que se alterara en nuestro pasado hubiera modificado este momento.

Uno de nuestros nietos se acercó e hizo cara de asco al descubrir el beso pasional que protagonizaban sus abuelos. Mi esposa se rió al notar que, a pesar de los años, me sigo ruborizando cuando nuestra relación amorosa se expone. Tomé a mi nieto en brazos y lo abracé con fuerza para después besarle la cabeza. "Es igual a su padre a su edad", le dije a mi esposa. Ella me sonrió y me contestó "... y yo te amo".

Esa tarde jugamos, comimos y nos fuimos a pasear al centro comercial. Antes de partir del jardín botánico, le dediqué una última mirada al árbol, que se veía silueteado por el sol del ocaso... Y sin nada más que decir, sólo murmuré una palabra por lo bajo: "Cumplí".

jueves, marzo 12, 2009

Historia Breve 0015

Honestamente ignoro si han pasado horas, días, meses o años. Encerrado en la oscuridad y sin nada qué hacer el tiempo parece detenerse en una nata espesa que nos envuelve los sentidos y los aniquila. Hasta donde recuerdo, la última persona a la que ví fue a aquél niño estúpido que insistía en alejarme de los lugares que amo. Cada vez se ponía más tedioso el salir de todos aquellos lugares donde me arrojaba. No entendía que sólo quería estar en el desván que tanto amo. Ese desván en el que abrímis ojos por primera vez y puder ver las bolitas de polvo suspenderse en los rayos de sol que rasgaban la penunbra a través de las persianas. El estúpido niño nunca se enteró de que mi familia estaba ahí y era mi deber protegerla y estar con ellos. Sólo me veía con terror cada vez que descubría que estaba de nuevo en el desván. Si se hubiera sacudido de esos tontos prejuicios y se hubiera sacudido un poco la estulticia, se hubiera dado cuenta de que en la misma caja estaba la muñeca vieja de la niña de los rulos rojos. Y las canicas que encerraban las almas de nuestros hijos. No señor. tenía que ir a lloriquearle a su padre y ambos juntaron su ingenio para encerrarme en esta caja y hacer no sé que cosa con ella... el asunto estriba en que no he podido salir de aquí en mucho tiempo. No he visto a mi familia. Los extraño. Y la neta en este sorteo de las reencarnaciones, está bien jodido hacerlo en un chango de cuerda con platillos y una sonrisa estúpida.

(esta historia es un homenaje al cuento del mono de juguete que tantas pesadillas me provocara de adolescente, magistral y cansadamente escrito por el señor Stephen King)

martes, marzo 10, 2009

Historia Breve 0014

Hoy me he levantado y creo que he dejados olvidados algunos días en algún pantalón. Los he buscado esta madrugada y creo que se fueron a la tintorería. Espero que estén sanforizados. De cualquier manera, dudo que regresen a mí. A cambio, encontré mucha nostalgia por las ocasiones en que me iba solo al cine, por la emoción de esperar los ciclos universitarios o los festivales internacionales que me mostraban la vida en el planeta sin necesidad de padecerla... sólo de disfrutarla... así como espectador. Y quizá así como espectador de recortes y evocaciones de vida vistas por otras personas, creo que hay días que así se me han ido...

...y ahora que recuerdo... no se quedaron en los bolsillos de un pantalón que se fue a la tintorería.

lunes, febrero 23, 2009

Un día de tantos

Me levanté por la mañana sintiendo una ligera punzada en mi cabeza, medité por un momento la situación y traté de ubicar en dónde me encontraba, los rayos solares se colaban a través de las persianas e invadían todo exagerando los colores de las cosas hasta el grado de hacerme tapar la cabeza con mi cobertor...

No sin esfuerzo, busqué entre el desastre que había sobre mi escritorio el control remoto de la televisión, y sin moverme de mi lugar, eché una oteada a todo el cuarto para distinguir entre las cosas borrosas la cara blanca del reloj, una vez habiendo comprobado la hora, seguí en mi intrépida búsqueda por el asqueroso control de la tele....

Una vez hallado el objeto de mi angustia, calculé la distancia y el esfuerzo que me costaría alcanzarlo, debía trazar un plan de inmediato para no fatigarme tan pronto a tan temprana hora en este avenir de mi vida...

Encendí el televisor, mi ventana a ese mundo idealizado y mentiroso que refleja aquellas cosas de las cuales no me creería capaz de realizar, disfrutando la enajenación que me propiciaba sin tener el menor recato... ese mundo glorioso donde experimento sensaciones trayectadas por mentes que ni siquiera me había puesto a pensar que existieran...

Poco a poco me fui abstrayendo hasta el abandono total de mí mismo, la comodidad de mi cama y del receptor que me maravillaba de forma inaudita me mantenían apartado de las hostiles hordas de transeúntes que contaminan los caminos que circundan mi casa...

Fue entonces que el éxtasis catódico se interrumpió de repente con la intervención fortuita de mi madre para hacerme aterrizar en este mundo al que pertenezco, pero que me mantiene tan fastidiado por su dura y cruel realidad.... Este mundo llano que no está colmado de chicas estereotípicas ni de hombres con poderes sobrehumanos, donde quizá lo más paranormal que me encuentro es la imagen que el espejo me escupe a diario.... Donde el más dulce deleite que encuentro es el momento anterior al espacio comercial y el obvio posterior, donde la música le da un sentido al llanto y a los sentimientos forzados de los personajes que a través de la pantalla miro.... Sé que no son reales, pero me satisfacen más.... al menos más que aquellos que en envoltura de carne me acompañan en este deambular por la vida aburrida de un ser humano común... Con gran pena y zozobra, me despido de ese mundo cálido y fantasioso como del amodorre inducido por mi nido onírico y me dispongo a sacudir los sueños, a humedecerlos y a enjabonarlos en una ducha, más metafórica que literal, una ducha que me ayudará a aterrizar mi mente en este terreno inverosímil y espontáneo... que a decir verdad mucho temor me infunde....

Busco debajo de las cobijas expulsadas, mis sandalias de plástico y me empolvo la barriga entre los recuerdos secos que debajo de mis sueños habitan, me golpeo con la base y prodigo la primera de muchas locuciones transgresoras que verá nacer la luz del día y su ocaso correspondiente... me aterra la idea de pescar alguna infección acechante entre las hendiduras del azulejo..

A tientas voy por el pasillo para llegar al baño... me siento extraviado, aún imaginando el último hálito de la pantalla de fósforo jugando bromas a mi visión enviciada... abro la llave del agua caliente y me siento en el retrete a esperar, en mi ensueño comienzo a imaginarme a aquella rubia acercándose a mí y jugando a la inocente seducción de la cual hiciera víctima al rico potentado que se casó con ella la semana pasada, sin darme cuenta siquiera, comienzo a tocarme lascivamente... Los golpes en la puerta me hacen reaccionar y este simulacro inocuo de autosatisfacción inducida se fastidia, rumio la segunda maldición del día y me preparo psicológicamente para enfrentarme al golpe violento de la carne tocando el agua... sin percatarme siquiera de la temperatura de ésta... AAAAAAhhhhhhh!!!!!!! ¡es terrible esta experiencia!!! me recuerda el ambiente húmedo que me rodeaba en el vientre de mi madre... algunas personas consideran esta reflexión una mamada, pero les juro que yo sí lo recuerdo... es más aún lo sigo extrañando..... Me quedo recargado en la pared, dando la espalda a la regadera y miro escurrir mis ansias mojadas hacia el caño del suelo... imaginando una cascada deliciosa como la del anuncio de la cerveza.... nuevamente la sesión de autocomplacencia se comienza a desarrollar y esta vez me dejo llevar, imaginando un mundo perfecto en donde puedo saciar mis apetitos sin temor a críticas o engaños.... pero ya de por sí la falacia radica en la misma masturbación higiénica de la cual soy un patético protagonista... creo que es este el mejor momento de mi día... hasta ahora..... nuevamente los golpes en la puerta me sacan de mi sopor y con enfado busco el jabón para aplicarme espuma y el shampoo de no se qué carajos que ha comprado mi hermana para lucir más natural y sedosa... Más natural y sedosa... ¡ja, ja, ja! en fin, termino mi ordalía higiénica y me dispongo a buscar a tientas entre el mar de vapor mi toalla, cerrando los ojos, haciendo gala del perfecto conocimiento de cada lugar y recoveco de ese baño familiar, rincón de destilería de mugre y deshechos, ese lugar vergonzoso en donde terminan nuestros sagrados alimentos y nuestros sudores se confunden con la espuma, que los arrebata de nosotros mismos... convirtiéndolo en una nata que se fuga en espiral por la coladera....

Salgo furtivamente entre el vapor y me dirijo a mi recámara, es una travesía intensa y vaga, el shock que le provoca a mi termostato ambientarse de nuevo al lugar me sacude durante algunos segundos... de nuevo anhelo el líquido amniótico que me mantuviera a salvo durante mi gestación y no evito un dejo de rencorcito hacia mi madre por expulsarme tan violentamente a este cubil y enciendo nuevamente la televisión, en esta ocasión me embeleso con los desvaríos de un poeta que narra sus desventuras por su recorrido a tierra santa.... Me parece ridículo escuchar cualquier plegaria insulsa que promulga este individuo y con un dejo de desprecio le cambio a un viejo recuerdo... es el grito de Mike que presume de sentir lástima por el mismo demonio... eso me divierte, tiro la toalla y busco entre mis cajones unos calzones limpios para ponerme.... Busco un trozo de tela que me reprima los deseos y las ansiedades... ¡je, je, je, je! Me considero un patético de lo peor…

Me he repasado mentalmente la agenda , con los números telefónicos de aquellas amiguitas a quienes me encanta llamar mientras me visto, algunas de ellas me excitan tanto sin saberlo que, incluso, el segundo mejor momento del día se acerca... en algunas ocasiones les dirijo la plática para hacerles saber que hablo con ellas desnudo... algunas otras... me imagino sus semblantes ante la punzante perspectiva de la navaja que les dibuja rayitas carmines sobre la piel, mientras beso tiernamente su portal... Es algo parecido al éxtasis que te produce tener sueños mojados con la hermanita de tu mejor amigo… siempre resulta que está lindísima y cuando vas a la casa de tu camarada parece hacer esfuerzos sobrehumanos para coquetearte y sortear a la vez la estrecha vigilancia de sus familiares, esa perrita linda que arde en deseos de que te la tires…. ¡¡¡Mmmhhhh!!! ¡Caray! Si alguno de mis hermanos de andanzas se enterara de que me la ando cachondeando con sus parientitas, ya me habría cocido a golpes la jeta. O peor aún: me las hubieran endilgado.

Resulta abrumador saberse dueño de una vida en la cual te la pasas dándole gusto a todo pinche mundo y a la vez ningún pendejo ser en el universo es capaz de llenar ni la más nimia e insignificante expectativa tuya. Insisto, es por ello que el mundo idiotizante y catódico de la televisión se me ofrece mucho más emocionante y motivador que esta puta vida real. En el mundo de las ondas hertzianas y las microondas podría ser mucho más interesante para la gente saber que soy el feliz usuario de calcetines con figuritas de golfistas o pinos y bolas de boliche que el ostentador de una licenciatura que sólo me ha servido para callarle el hocico a perdedores más repugnantes que yo mismo. Probablemente sea digno habitante de la misericordiosa existencia que permite una deidad entretenida en crear un caos paródico de lentitud y mediocridad como carga para aquellos que tienen un espíritu más despierto y un cuerpo exacerbadamente inanimado, blando e inútil. Quizá sea condena mía esta perpetua actividad trinomial: comer, dormir y cagar ... ¡je, je, je, je!

sábado, febrero 21, 2009

Domingo en la noche

¡Qué fastidio tener que verte mañana de la misma manera! Con la misma rutina, con el peso de los días, igual uno que otro. No te ví ayer, ni hoy. ¡Qué carajos!


Después de que el viernes nos cubrieron las sábanas de tu cama horas y horas, ahora pasan ciclos de 48 horas, llenas de abismos y separación. Empieza este proceso paulatino, lacerante, angustioso; empieza a recrearse la soledad que me acompaña, aunque odie su compañía; cuando esto sucede, tengo que salir, sali, salir y correr.


Es como una patología que me asalta cada célula, cada dentrita, me asalta el vacío con sus brazos enormes, largos, helados, y yo quiero fugarme, escaparme para no caer, y finalmente, desplomarme.


No caer como cayó mi hermana, que entre sus manos se le escurrió la vida, y a quien devolvieron a la realidad a base de litio y medalina. Yo prefiero aguantarme un poco y adherirme como un tentáculo más al monstruo citadino. Oigo mi voz interna que activa un mecanismo que apenas susurra: "Métete al metro a buscar contacto físico, véte a La Villa, o a un cine piojo, rósate, confúndete, escapa de tí misma, unifícate, embriágate con todo esto, sal de aquí, vuélvete a tí misma, fúgate del entorno, conforma tu unidad. Robot que duerme a todas horas, fantasma con plomo en las arterias."


La voz me dice todo esto y mi cuerpo mecanizado sin voluntad avanza, y recorre lentos pasos hacia la confusión, para después volver a casa con el corazón punzante y la cabeza hecha añicos; pasan las horas y nda ha cambiado.


Te extraño, irremediablemente haces falta en este espacio para dar sentido a esta bazofia... ¿cómo demonios girar la manivela?; puedo ver tu rostro acabado y pálido, tus labios que se mueven monótonos diciendo: "No tengo tiempo, no me alcanza el tiempo, estoy muy cansado. Tengo que aprovechar, no lo puedo hacer otro día, no lo puedo hacer entre semana." ¡Qué asco! Te escucho y me digo: ¡Estoy harta!... ¡Harta! Harta de bichos indecentes que te comen el cerebro, de aire contaminado, putrefacto y maloliente, malditos bichos que te roban las ganas de vivir, estoy harta de que ignores la magia y la vida se te escurre babosa como clara de huevo entre las manos, se te escurre asquerosamente, se te escurre el tiempo entre tus tres horas de transporte y tu tonto trabajo, después de eso, acabas tan cansado, que lo único que quieres es largarte a dormir.


Qué lástima que entre semana no puedas hacer tus cosas, qué lástima que entre semana ya no puedas sentir, qué lastima que el domingo no tengas tiempo para nada.



Yo tenía reservado un par de días que olían a sexo que entrelazaba las piernas, recorrer tu espalda, besaba tus pantorrillas y llegaba a tus hipersensibles pies. ¿sabes cuántos saben que con los pies se puede hacer el amor? ¿sabes cuántos? Ninguno de estos mas-hombres, nadie en esta ciudad tiene tiempo de averiguar que los pies son sensibles. ¿Sabes cuántos saben que puedes tener un orgasmo con los pies o con las orejas? Por supuesto que no lo sabes, pero... ¿Te gusta?


Tenía preparada una vela encendida, unas sábanas limpias, dulces y poemas, tenía besos en tu sexo y en tu nariz; ahora sólo tengo asco. Ahora sólo tengo cansancio de vivir aquí y conocerte, de mis tres horas diarias de transporte, de no poder hacer nada porque tenemos que trabajar, de llevar en los hombros la fatiga del día. Tengo un enorme coraje por no poder ir al mercado a comprarte claveles, y los martes estamos tan ocupados, que ya no sale el ritual.


El antiguo ritual que propició el No Circula, no podías manejar en tu coche azul; pero eso no importaba, porque entonces yo te iba a visitar, esas eran tardes de estrellas y duendes, llenas de sexo oral, que ahora han sido aplastadas por la negra ciudad. Ahora todo me sabe a mierda. Sólo me espera un lunes vacío, de aburrimiento y hedor, ni siquiera poseo tu recuerdo para refugiarme en él, el peso de tu cuerpo y el timbre de tu voz, tus grandes ojos negros, estoy agotada, ya no puedo respirar, mi sangre está envenenada, mis articulaciones oxidadas.


Traté de escapar al embrujo de la urbe, no he podido, ya no podré, contigo hubiera podido; pero ahora me encuentro sola, absolutamente sola, porque a tí te consumió. Te extraño totalmente.


Mejor me voy al baño a robarle a mi hermana una de sus pastillas, un litio, un emeril...



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Esta historia fue escrita por mi amigo Gerardo Arturo López (q.e.p.d.) por allá de mediados de los 90´s. Hace poco, cuando buscaba los viejos manuscritos de la Casta o los Libros de Hutush, me encontré este cuento mecanografiado por él (¿o por Lizardo Ramírez?). La he transcrito tal cual, salvo un par de correcciones estilísticas. De alguna manera, a pesar de tener casi 15 años de haber sido escrito, me he logrado identificar, no con la protagonista reclamona, sino con el tipo al cual, la cotidianidad lo ha absorbido tanto, que a veces se olvida de lo que es vivir en romance con alguien... Enhorabuena Sr. López. Enhorabuena mi amigo.

martes, febrero 10, 2009

Desempleado

Desde que llegué a esta unidad mi puesto se ha modificado tantas veces que ya ni recuerdo por cuál de mis habilidades me contrataron. De alguna manera, el ambiente laboral ha decaído con la decrepitud del capitán de la unidad, el cual se vuelto juicioso y muy parcial. Y para variar, los casos se han vuelto muy pesados, difíciles en demasía... y tal pareciera que la gente se desquicia cada vez más... Pero en las últimas ocasiones no hemos tenida tanta suerte como cuando llegué: el capitán se ha rodeado de salameros inútiles que sólo sirven para identificar los errores de los demás en lugar de las pistas que nos lleven con los perpetradores.

Ahora mismo, estoy checando un paquete muy sospechoso que nos acaba de llegar. Tal pareciera que se trata de algún explosivo de diseño. Quizá con un virus. Eso no sería raro. Algunos de nuestros casos inconclusos están ligados a familiares de algunos directivos y políticos a los que el capitán gusta de lustrarles el calzado con la lengua.

Tengo que abrir esta caja con cuidado. Mi asistente es cercano al capitán, y a pesar de su buen carácter, su mala disposición no le ha permitido poner la atención que yo desearía en su trabajo, así que, sin medir el riesgo, me mira de soslayo y se va.

Desde hace algunos meses, he tenido contratiempos pequeños con mi jefe, y eso se ha notado en su trato hacia mí. Y en mis asignaciones. Y en mi paga. El colmo fue cuando descubrí que el capitán obstaculiza deliberadamente nuestras investigaciones. Todo lo revuelve y lo maneja a su favor, y a pesar de que en otra unidades ya le han advertido de sus vicios, tal parece que nadie en toda la corporación puede moverlo de su lugar. El único idiota que se ha atrevido a confrontarlo, con la razón y loa cojones en la mano, he sido yo.

Así que mientras estoy checando este paquete, se ha acercado un agente de asuntos internos para solicitarme que le entregue mi placa y me anuncia mi baja inmediata. Mi jefe no tuvo las bolas de decírmelo él mismo.

- Deja todo tal como está- me indica el de asuntos internos.

- Pe-pero es un ...- trato de replicar.

- ¡A callar!- me indica hosco.- Que tu asistente siga con el trabajo.

Soy escoltado hasta mi casillero por mis cosas y de ahí a la salida. Salgo de ahí sonriendo y al encontrarme al capitán en el pasillo le doy las gracias animado. El hombre sorprendido apenas balbucea algo irreconocible.

Es cuando doy la vuelta a la esquina a cinco cuadras del precinto cuando escucho la gran explosión. Mi sonrisa crece aún más y me dirijo a casa.

Por la noche, en las noticias de las 11, me entero que los pocos sobrevivientes al siniestro se infectaron de una variante de Ébola Golfo Theta.

Mañana serán los honores a puerta cerrada de mi capitán y de su equipo más cercano.

lunes, enero 19, 2009

Me gusta hacerlo a oscuras y con luz indirecta

Cómo imaginarte en brazos de otra persona, si apenas ayer me mirabas fijamente con ojos tiernos y destilando ese aura que te rodea de amor termal y de cantos de ángeles. Vaya sorpresa la mía cuando te encontré entregándote a otro menester. Cuando sus manos se hundìan en tu ropa para hacerte gemir y poner esa mirada de dolor perpetuo que pones cuando te excitas, mis sienes comenzaron a latir como si fueran a explotar. Tu cabello parecía una cascada de oro entre sus pantalones mientras tu boca se deleitaba con la más insignificante parte de su cuerpo. Me sorprendía mucho notar cómo le rogabas por más muestras de amor mientras te impelía violentamente, y tú sólo agradecías entre llanto y deleite. Jamás dejaste de ser encantadora, jamás dejaste de ser la niña indefensa a la que tantas ganas me daban siempre de abrzar. Y sin embargo dejaste muy claro que estabas a una gran distancia de mi alma ya.

Estaba ardiendo de celos mientras esas manos te recorrìan la piel de manera tosca y sin recato. Fue en ese momento que la furia no dejó cabida alguna a otro pensamiento que no fuera interrumpir el espectáculo. Sin saber cómo, tomé tu cuello y por un momento examiné su textura, tus lunares, tus comisuras, tu piel... te exploraba con la mirada hasta topar con tus ojos asustados. Tu labio inferior temblaba mientras tu nariz moqueaba un poco. Te observé embelesado, pero ni aún así estuve dispuesto a perdonarte. Aún llevo la sensación de la textura de tu piel en las yemas de mis dedos. Dejabas de ser mujer para volver a ser la niña desvalida, objeto de mis amores.

Pero fue demasiado tarde... Mi mano apretó tu garganta y la otra llevó tu cabeza a que se estrellara contra la pared. Mis brazos se convirtieron en cables eléctricos que te sacudían violentamente. Mientras mis ojos no se separaban de tu cuerpo desnudo y de todas tus texturas y colores. Lo peor fue cuando todo se tiñó de rojo. Con el caer de las primeras gotas de sangre, mi consciencia volvió a la calma.

Por eso te decía siempre que no me gustaba hacer el amor en un lugar con muchos espejos. Porque perdía la noción de identidad con los reflejos. Me llevaba la otredad a un punto que ninguno de los doctores me ha sabido explicar. Y tú con la urgencia de la carne no quisiste escuchar. Por eso me gusta hacerlo a oscuras y con luz indirecta. Por eso siempre generaba yo el ambiente... para no confundirme. Para poder concentrarme... en tí, en mí... en nosotros.

lunes, enero 05, 2009

Reencuentro

Llegué con desgano al lugar de nuestra cita, honestamente aún me seguía preguntando a mí mismo el motivo que me llevó hasta ahí... Un niño pasó corriendo junto a mí. De hecho, me empujó y noté que jugaba a la cacería de narcos con otros chiquillos. ¡Pum! ¡Pam! ¡Buuuummm! Eran las onomatopeyas que acompañaban su juego. Sonreí levemente al dedicarles una segunda mirada y seguí mi camino hacia el local donde se llevaría a cabo mi cita.

Pedí una mesa del fondo, en el área de los gabinetes, de antemano se me antojaba desagradable la idea de estar ahí y más aún el posible desenlace que pudiera tener aquella reunión. Así que busqué que me acomodaran en la zona más recóndita del lugar. De esta manera si las cosas se ponían intensas, poca gente se daría cuenta de ello. Me acomodé en uno de los asientos y comencé a imaginarme la conversación que en pocos momentos tendría con mi interlocutora. Especulé miles de preguntas de su parte y ensayé todas las posibles respuestas que yo bien podría darle sin titubear. Lo que más me daba coraje era precisamente eso: la estúpida posibilidad de que yo titubeara ante lo que afirmara o negara. Eso y el no saber qué hacer con las manos. Así que pedí un café descafeinado con mucha crema y sustituto de azúcar. Una vez que ya todo estaba dispuesto en el gabinete para iniciar la charla, no supe si jugar un poco con el contenedor del azúcar y la salserita con los totopos fuera una circunstancia notable e impactante para la persona a quien esperaba , o quizá sacar mi libro y comenzar a leer unas cuantas páginas mientras esperaba fuera lo adecuado... lo cierto es que el ringtone de mi teléfono móvil me sacó de mis cabilaciones de manera sorpresiva: era ella.

- ¿En dónde te encuentras?- me inquirió con un tono de voz que bien conocía. Si yo estaba dubitativo, el leve bamboleo en su timbre de voz le delataba que no sabía tampoco si estaba haciendo lo correcto o no. El chiste es que había llegado y sólo le faltaba ubicarme para que iniciáramos esta charla que postergamos tras tantos años.

- Estoy en el gabinete del fondo, donde era la antigua área de fumadores.- le dije con aplomo de hombre de verdad.

En breves instantes ella estuvo parada frente a mí.

Quizá fueron los instantes últimos de la expectación que te da la espera, quizá el hastío que precedía a esta reunión, quizá la forma en la cual se dieron las cosas previamente, el hecho fue que cuando la ví no tenía ni un halo radiante, ni la ví más bella, ni más delgada, ni más diferente de lo que lucía la última vez. Unas marcas extras de la edad se hacían patentes en su rostro. Era por demás evidente que estaba perdiendo la lozanía de antaño, pero aún seguía usando ese perfume dulzón que le compraba su madre por medio de los catálogos de ventas de artículos para burgueses clasemedieros. Y sin embargo su sabor se antojaba diferente.

La acaricié lascivamente con la mirada, recordando su piel desnuda bajo ese suéter de cuello de tortuga que siempre se ha empeñado en utilizar en las reuniones formales, sus senos se habían desarrollado muy poco de a como los recordaba, ciertamente su cadera había crecido y se le notaba ya la presencia de la flaccidez en sus nalgas. Todavía se empeñaba en seguir usando esos malditos pantalones de poliéster que tanto intensifica su humor de mujer y sus orines mal aseados en días de ajetreo. De hecho un leve tufo a humedad vaginal me llegó cuando se acercó a saludarme. Ese detalle hizo que mi memoria sensorial volara por los aires y sentí la molestia que ocasiona una erección cuando estás sentado en lugares tan reducidos con ése en particular. En mi posición de expareja convocada me permití el gusto de ya no tener atenciones hacia ella, por lo que no me levanté de mi asiento para recibirla.
A pesar de mis ensayos mentales de la posible charla que especulé que tendríamos, ella me soltó el primer trancazo:

- La pregunta que quería hacerte es muy simple: ¿aún me amas?- acto seguido pidió un café similar al que yo había solicitado.

Es muy curiosa la forma en la cual nos comportamos de acuerdo a la tácita etiqueta social cuando no sabemos qué responder de manera inteligente ante una pregunta que va más dirigida a nuestra parte visceral que a nuestra parte cerebral.

- No.- Contesté secamente. - No te amo.

- Entonces, ¿Por qué estás aquí?

Definitivamente no me estaba gustando para nada el rumbo de nuestra charla. Cerré mi boca y pegué mi barbilla al cuello mientras la observaba con ojos siniestros.

- Para despedirme de tí para siempre.- Volví a contestar secamente.- Por favor déjame en paz.

- Créeme que lo he intentado, pero siempre que sé que estás cerca quiero estar contigo.

- Eso no es posible ya. Hoy vine a ponerle un alto definitivo a estas entrevistas. Ambos sabemos bien cómo terminan. Primero nos reprocharemos todo el tiempo que nos hemos hecho daño por no estar juntos, luego nos lamentaremos de ello. Nos besaremos apasionadamente y terminaremos teniendo sexo salvaje en algún hotelucho. Tras el sexo, seguirán las promesas vacías de amor eterno, se romperá el encanto porque me dirás que sigo sin tener una cabida regular en el orden normal de tu vida, luego me dirás que me amas para siempre y me harás llevarte a a casa. Llegaremos ahí casi a hurtadillas para que tu familia no sepa que te has revolcado conmigo. Nos depediremos en la oscuridad, yo me marcharé con las expectativas revueltas de mi semen y tu humedad y pasarán otros años antes de que volvamos a encontrarnos. Eso termina hoy. Además me resulta cagante esa actitud tuya de querer saber cómo le va a la gente cuando sales de su vida.

- ¿ Y cómo le haremos para que termine?

- Muy fácil. Cierra los ojos y dime: "Deseo no estar en tu vida nunca más"... Y ya.

- No. No quiero hacerlo. Quiero estar contigo hoy.

- Anda, anda. Cierra los ojos y formula tu deseo.

Ella cerró sus ojos y comenzó a soltar lágrimas en silencio.

- D-dese-o... no es-tar... en tu vida... nu- nunca más.- Dijo con los ojos cerrados y con la voz quebrada.

- Concedido.- La besé en los labios y me dí la vuelta para salir de ahí con la frente en alto y sin mirar hacia atrás.

Cuando salí del local, los niños seguían inmiscuídos en su juego, uno de ellos estaba comprando la participación de las autoridades en la realización de sus actos ilícitos, reflejo de la realidad mediática que vivían. Yo me arropé en mi abrigo y caminé en dirección a mi coche. Enseguida entré en él y lo encendí. Al tomar la salida del estacionamiento marqué un número de mi celular.

La explosión fue inmediata y gregaria, nadie en cincuenta metros a la redonda saldría a salvo. Seguramente se llevó a los niños que jugaban afuera del restaurante... está bien, lo único que hacían era ensayar un poco lo que seguramente sería su actividad diaria. Y la mayoría de los comensales del lugar pertenece a un grupillo que domina económicamente algunos sectores de la economía de la ciudad. La mayoría de ellos explotadores con sus empleados, embaucadores y taimados con sus semejantes. Realmente no se perdía nada valioso para la humanidad. El daño colateral lo tuve muy bien calculado.

Algunos escombros alcanzaron a golpear el chasis de mi automóvil, pero no era nada que mi seguro no cubriera. Estaba feliz. Por fin, la monserga se había terminado.

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