lunes, enero 07, 2008

Amores entre muertos

Hay un silencio en el salón, que a mi alma arranca congoja desesperada, pensamientos de una vana ilusión, al admirar y creer que es soñar a mi amada desangrada con la piel pálida y sus ojos mirando hacia el sol.

Su muñeca fría y gélida expresión en sus labios , me aprisionan entre los recuerdos que en su siniestra se aprietan, es la carta maldita que de mi muerte le avisa, y es mi daga asesina la que a mi lado la lleva y la bendice.

Me he pasado en vida amándole y de su suerte estar pendiente, es de su camino por este lúgubre planeta de lamentos y añoranzas, que la envidia humana nos ha separado y el acto de amor más humano nos ha reunido, es mi falta de cuerpo la que suplió con valentía, al coquetearle a la muerte para ser mi valentina, por y por toda la eternidad.

Y en la muerte a mi lado está, ¡miradla!, que ahora de blancos velos llega, toma mi mano incorpórea y me saluda con el rubor que un ánima enamorada es capaz de regalar, ahora es mi dulce sombrío que sonríe para recibirla en el más allá...

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